11 de enero de 2016

Las coaliciones vistas como una apuesta extrema

Observo los intentos de formar coaliciones post 20-D como un ejercicio inútil por exorcizar la aritmética parlamentaria, que es la que es.

Por el centro-derecha, el dilema entre un gobierno al vaivén del "no" legislativo o una gran coalición sólo "vendible" en caso de emergencia nacional.

Por el centro-izquierda, el dilema entre dos coaliciones, a la izquierda con un frágil equilibrio, a la derecha con una pérdida identitaria.

Cada parte juega con las escasas cartas que dispone, siendo el que más puede perder Pedro Sánchez, de ahí su arriesgada apuesta: todo o nada.

Sánchez ejemplifica un conocido dilema probabilístico (apuestas extremas): Tienes que ganar 1 millón de euros a la ruleta para pagar una deuda, tienes poco tiempo y sólo dispones de 10.000 euros: ¿cómo apostarías los 10.000 euros: dividirías la apuesta para “aumentar” las probabilidades (a costa de reducir el premio) o apostarías todo a un sólo número (sabiendo que tienes poco tiempo)?.

Ante este tipo de dilemas, sólo cabe una heurística: “en los juegos desfavorables, jugar con audacia es bueno, jugar con timidez, malo” (Matemáticas y juegos de azar. John Haigh. Metatemas 2003).

Pedro Sánchez sabe que una "gran coalición" con PP y C's sería una pérdida a medio-largo plazo, pues dejaría a Podemos el "terreno abandonado" (Sun Tzu).

Mientras que una "gran coalición" con Podemos, IU... siendo una apuesta arriesgada (todo al mismo número) si le sale tiene muchas ventajas.

De orden interno: si Sánchez ocupa la Moncloa (el "millón de euros"), la contestación interna se diluirá, podrá acallar a los críticos y ser re-elegido. De orden externo: fiel a la tradición de "absorción" del PSOE (recordemos los diputados del PCE e IU que fueron captados por el PSOE), bien podría llegar suceder que llegase a absorber a parte de Podemos e IU.

Que la apuesta es difícil, arriesgada, sin duda, pero si no hace nada o deja que otros tomen la iniciativa, se lo "comerán" los de casa.

Así, sabiendo que cualquier otra opción que no le conduzca al “millón de euros” (la Moncloa) va a ser calificada como un fracaso por los de su casa... luego, a Sánchez sólo le queda una arriesgada (pero racional) jugada estratégica: jugarse el todo por el todo a una única apuesta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy interesante, efectivamente era cuestión de hacer una apuesta arriesgada con el fin de alcanzar los objetivos. Enhorabuena por la reflexión.